lunes, 31 de marzo de 2014

Móviles, una adicción encubierta.

"La Policía Nacional avisa del aumento del ciber acoso a través de los smartphones en edades cada vez más tempranas El uso desmedido del teléfono, un problema para las familias".
Con estos titulares, Diario de Jerez publica hoy una interesante noticia en relación al uso de los teléfonos móviles por los niños y adolescentes cuya lectura recomendamos:
"Si echamos una ojeada a lo que ocurre a nuestro alrededor, seguramente encontremos una imagen habitual y que ya forma parte de nuestra rutina diaria, ver a alguien distraído con un móvil. Aparte del mal vicio de ir por la calle mirando el 'smartphone', algo que ha causado ya más de un susto y accidente, la proliferación de este elemento dentro del ámbito escolar es cada vez más preocupante. 

 Así lo recoge un reciente estudio de la Asociación Protégeles, quien denuncia que un 30% de los niños de 10 años ya disponen de un teléfono móvil, cifra que aumenta hasta casi un 70% a los 12 años, y a un 83% a los 14 años.

 ¿Y qué tiene esto de malo? Aparentemente, y dentro de un normal uso de este soporte nada. Sin embargo, cada vez son más los jóvenes que empiezan a tener problemas de adicción al móvil, un asunto que puede provocar consecuencias desagradables, por no hablar del aumento generalizado en denominado ciberacoso o ciberbulliyng. 
A día de hoy, el segmento de edad con mayores problemas comprende las edades que van desde los 11 a los 14 años. Así lo reconoce la propia Policía Nacional, que en Jerez lleva realizando desde el pasado año conferencias semanales en institutos y colegios con el fin de frenar una oleada que aumenta por día. 

 La relación móvil-niño arranca a una edad concreta, los diez u once años. "Fue hacer la comunión, regalarle un móvil  y empezar todo", explica uno de los padres que ha tenido que acudir recientemente a terapia profesional para tratar de abordar una adicción tan silenciosa como peligrosa. 

 Aunque en muchos centros educativos está expresamente prohibido el uso de dispositivos móviles, lo cierto es que la relación social existente en ese ámbito pasa hoy día exclusivamente por el teléfono. Ahora los niños para cualquier consulta, es decir, la fecha de un examen o ejercicio de clase, recurren al Wassap, el principal canal de comunicación. Ni siquiera las tarifas de hoy día, con posibilidad de realizar llamadas infinitas, frenan el uso del Wassap. Todo se hace mediante mensajes, siendo el punto de encuentro los clásicos grupos creados en esta misma aplicación. 

 Luis Bononato, director de Proyecto Hombre, admite que la adicción al móvil es algo que "ya nos estamos encontrando en muchos chavales", si bien apunta que "la gente no es aún consciente del problema. Es cuestión de tiempo que se generalice". 

De cualquier modo, en los casos con los que se han encontrado el procedimiento tiene tres fases, una primera de retirada del móvil, una segunda con el uso del mismo pero siempre con la presencia de sus padres, y una tercera ya en solitario, pero siempre haciendo un uso apropiado.

 Es más, Bononato considera que "a veces los propios padres no son conscientes de la situación, el niño se mete en su cuarto y como no les da problemas están tranquilitos", destaca. "Lo malo es que detrás hay una adicción grande, pasan muchas horas pegados al teléfono", insiste.

 Este último dato lo corroboran muchos profesores de diversos centros educativos de la ciudad, quienes encuentran a veces a chavales "que llegan a clase con síntomas de haber dormido poco. Se meten en el cuarto, hacen como el que se acuestan pero se llevan en la cama hablando con los amigos hasta bien entrada la madrugada. Luego, llegan como llegan", explica María, docente en un IES de la ciudad.

Pero en toda esta relación niño-móvil el problema más grave surge cuando aparece el denominado ciberacoso. "Antes este tipo de situaciones eran normales y siempre el colectivo o varios niños acosaban a otro, pero sólo en el colegio, cuando el chico abandonaba ese escenario el acoso desaparecía. Ahora, sin embargo, estamos ante un proceso de victimización que va más allá del colegio y que no tiene forma de frenarse. Con el mismo Wassap pueden estar acosando todo el día al chico. Ha habido casos que incluso cambiando de instituto al joven no se ha evitado el acoso", explica Adrián Domínguez, delegado de prensa de la Policía Nacional en Jerez. 

Al hablar de este tipo de conductas, la Policía Nacional, que a través de las citadas charlas en los centros pretende concienciar a los jóvenes que son delictivas, distingue entre diversos tipos. Por regla general, existen dos tipos de acoso, uno básico, "el que tiene un comportamiento vejatorio mediante el Wassap, Facebook o Tuenti" y uno continuado. "Ninguno de los dos hace falta que sea físico, es más en el segundo la fórmula más habitual es usar fotos del propio afectado caricaturizadas a modo de burla", explica Adrián Domínguez.


En los últimos tiempos, la Policía ha notado también "un aumento del machismo a través del Wassap", que fluye a través de un "riguroso control de las jóvenes parejas", e incluso, "ya en edades más avanzadas, como ocurrió en Cádiz, mediante vídeos que luego cuelgan en la red como represalias cuando rompen".  En las citadas charlas, el cuerpo nacional de Policía intenta "trabajar la empatía, que los chicos se pongan en la piel del que sufre acoso". 

Todos estos cambios desembocan también en otro tipo de problemas: La distracción en clase, el descuido de las relaciones sociales, y sobre todo la vulnerabilidad que se crea ante los pederastas".

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